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Sincronario de las 13 Lunas de 28 Días

UN NUEVO TIEMPO DE PAZ

Nueva reforma del calendario a nivel mundial

En los albores del tercer milenio la necesidad de entrar a un nuevo tiempo se hace cada vez más evidente, la destrucción ecológica, la confusión espiritual, la ciencia degradada hacia la tecnología del beneficio inmediato, la violencia generalizada y la guerra. La globalización en lugar de atraer para unificar a ocasionado una desintegración de la Cultura, nos despersonaliza y sobre todas las cosas nos aleja cada vez más de nuestra propia esencia, desincronizándonos de los ciclos naturales.

Esta entrada a un nuevo tiempo nos lleva a una visión colectiva en la búsqueda de mejorar nuestras relaciones con nosotros mismos y con nuestro entorno. Recuperando la conexión con los ciclos naturales y compartiendo un mismo objetivo común que una nuestras conciencias para acceder a una revolución cultural, una revolución que a través del tiempo sea una revolución del amor.

Fallas del actual calendario

Nuestra forma de medir el tiempo tiene un profundo efecto en la manera de vivir. Si el calendario según el cual vivimos es irregular y no está en sincronía con los ritmos de la naturaleza, nuestra vida reflejará esta misma irregularidad Este es el caso del calendario que hoy maneja todas las estructuras socioeconómicas de la aldea global, el calendario gregoriano.

Este calendario fue establecido en 1582 en una reforma hecha por el Papa Gregorio XIII al calendario juliano, se obviaron en él 10 días, la gente fue a dormir un 5 de octubre y se despertó un 16 de octubre, también se implementó en esta reforma el sistema del año bisiesto. Los nombres de los meses están puestos en una forma muy arbitraria sin coincidencia con su numeración, tal como septiembre quiere decir séptimo y esta en noveno lugar, octubre ocho y es el décimo, noviembre nueve y es el onceavo y diciembre diez y es el doceavo, teniendo que recordar con jueguitos de palabras si tienen 30 o 31 días.

Podemos ver cuan irregular e ilógico es esta forma de medir el tiempo, sobre todo por que esta medida nada tiene que ver con los ciclos de la biosfera. Esta cuenta no sirve para determinar las etapas de la siembra, ni para seguir el vuelo de las golondrinas o la inmigración de las ballenas, esta cuento no sigue el ciclo fértil de la mujer, solo es buena para contabilizar el Tiempo en Dinero. Siendo por ello la fórmula del materialismo “El Tiempo es Dinero”.

13 lunas una reforma natural

Durante el siglo XIX un movimiento de filósofos y pensadores que incluía a Auguste Comte, comenzaron la reforma del calendario convirtiéndolo al ciclo femenino de 28 días por lunación, 13 lunas por año solar, es decir 13 meses (etimológicamente la palabra mes viene de mens que significa luna). En los años 30 se popularizó esta reforma, pero más tarde, con la segunda Guerra Mundial, fue olvidada.

Hacia los años 1991, el antropólogo e historiador del arte, fundador del Día de la Tierra, José Argüelles y su esposa Lloydine, iniciaron un nuevo movimiento de reforma, argumentando que el calendario gregoriano de 12 meses y el reloj mecánico de 60 minutos, están ambos basados en la errónea suposición de que medidas del espacio pueden ser usadas para medir el tiempo. Este error de tiempo nos conduce a la frecuencia de tiempo artificial y mecánica 12:60, en la que toda la moderna civilización humana está basada. Dando como resultado una sociedad auto-destructiva adicta a la velocidad mecanizada, a costa de la naturaleza.

En 1993 los Argüelles comenzaron a enviar apelaciones al Papa y a otros líderes mundiales, entre ellos las Naciones Unidas, concernientes a la Reforma del Calendario.

Dedicados a la investigación de la Ley del Tiempo, apoyados por el Movimiento Mundial de Paz Cambio al Calendario de las 13 Lunas, que funciona a través de la Red de Arte Planetario los Argüelles convocaron al Primer Congreso Planetario de los Derechos Biosféricos (Brasilia, Brasil, 1996), y el Congreso Mundial de la Ley del Tiempo (Tokio, Japón, 1997). El propósito de estos dos Congresos fue definir los aspectos científicos, morales, sociales, ambientales e históricos relacionados con el propuesto cambio de calendario.

La propuesta para cambiar el calendario provee la oportunidad de modificar el curso de la civilización humana, una solución armónica para los asuntos actuales que genera la oportunidad de establecer un Concilio Espiritual Mundial de Paz.

Navegando por un calendario con un estándar de medida regular, que además sigue los ciclos astronómicos lunar y solar reflejando armonía en la mente y en la naturaleza, nos provee de un punto focal para la unificación espiritual y la restauración ambiental, la biodiversidad cultural y la regeneración moral planetaria.

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